Descansar bien es fundamental para nuestra salud. Aquí hay que tener en cuenta muchos factores, pero elegir las camas sobre las que lo hacemos es uno de los más importantes.
Es crucial escoger bien la cama, el somier y el tipo de colchón atendiendo a nuestras preferencias, dolencias, constitución física, etc.
En el mercado hay varias clases de camas
Dentro del mercado encontraremos diversos tipos de camas, como las individuales o de “90” (el nombre les viene por su ancho), que son ideales para los niños o personas que viven solas, aunque lo cierto es que pueden ser estrechas para los adultos (por eso son mejores las de 105 cm de ancho).
También están las de matrimonio, ideales en el caso de las parejas, o incluso las denominadas de tamaño King, que proporcionan una mayor comodidad y espacio. No solo hay que ver el ancho, sino que el somier también es importante. Durante años, se siguen vendiendo, los de lamas de madera han sido los más empleados en todo el mundo,
Sin embargo, con la aparición de los colchones de látex y de espuma viscoelástica, han llegado las bases tapizadas que son más estéticas y adecuadas a este tipo de colchones. Otra clase de cama es la ajustable, que se parece a las que hay en los hospitales. Son muy comunes por el envejecimiento de la población y porque ayudan mucho a aquellas personas con problemas de salud, como los de espalda.
El colchón es el corazón de la cama
En los últimos años, han surgido varias clases de colchones, de manera que la elección cada vez es más complicada. Antes de comprar uno, lo ideal es probarlo un rato en la tienda, aunque ya hay comercios online que nos permiten devolverlos si tras unas semanas no nos adaptamos.
Los de muelles son los más tradicionales, pues ofrecen un buen soporte y transpiran bien. Por eso, son los mejores en climas cálidos y para personas muy calurosas. Hay otro tipo de colchones como los de viscoelástica y los de látex. Generan una sensación de ingravidez al adaptarse muy bien al cuerpo, pero pueden dar demasiado calor.
Para no tener que elegir entre uno y otro, hay muchas clases de colchones que mezclan lo mejor de los dos mundos. Por debajo tienen muelles y por encima una capa muy generosa de espuma.
No hay que olvidar la almohada
Cuando escogemos una cama apenas prestamos atención a la almohada, lo cual es un error. En ella va a descansar nuestra cabeza durante horas todos los días, por lo que conviene probar varias.
Dependiendo de cómo se duerma hay que comprar una más o menos firme. Así, las personas que duermen de lado necesitan una almohada más dura, mientras que las que lo hacen boca arriba o boca abajo requieren de una más suave.
Ya las tenemos de varios materiales, pero es muy importante escoger una que transpire bien. Si no lo hacemos, en verano nos levantaremos con la cabeza empapada de sudor, lo cual no es agradable.